Hace ya un tiempo escribí estos dos poemas, uno a mi madre y otro a mi padre (ambos de 16 versos). Gracias padres por la educación y buena crianza. Mi amor por siempre.

DULCE FLOR

(A mi madre)

Esculpida en mi alma

tengo una rosa andaluza.

Y en mi corazón

abrazado llevo

su materno amor.

Dulce flor, tierno aroma,

delicada sonrisa.

Pelo negro, noche oscura.

Sus ojos, bellos luceros.

Y su carita, la luna.

Sus plateadas lágrimas,

espinas en mi corazón.

¡Oh! mi bondadosa guía educadora.

¡Oh Madre!, cuando de ti me alejo,

se vacía mi corazón,

se vierte mi sangre.

DESDE EL CORAZÓN TE ESCRIBO

(A mi padre)

Padre, desde el corazón te escribo,

desde su palpitación.

¡Oh! padre mío,

eres la ejemplaridad,

eres la rectitud,

eres el respetuoso amor,

eres el trabajador infatigable,

eres la responsabilidad total.

¡Padre mío!,

desde el alma te quiero.

Tu ser, me engrandece.

Tu beso, me enmudece.

Tu consejo, me universaliza.

Padre mío,

cómo te respeto y quiero.

Padre justo, padre bueno.

(Ambos poemas de mi poemario juvenil SINGLADURAS)

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