VIAJAMOS

VIAJAMOS

 

Viajamos.

De nuestras baldosas hipotecadas,

nos mueven.

Invadimos aceras, hermosos planos pictóricos

igual que torrentes pluviales.

La monumental y pétrea historia

asaltamos en estampida

como ovejas con pastor omnisciente.

Con vestimentas y calzados verdes,

asolamos la foresta. La acorralamos.

Evitan ese salvaje atropello

alevoso, las rocas libres

aunque los piojos

y pulgas les acechan.

Abordamos las aguas terrenales

cual un invasor ejército de medusas,

y las costas y riberas, son fusiladas

con nuestras huellas inmisericordes.

Ya no vuelan los versos ni las aves

en este ozono

azogado, las voladoras facas aceradas

lo hieren con sus cortes de plata.

Como pelícanos ansiosos, engullimos.

Viajamos.

Nos llevan. Y somos vitales

para su economía.

 

Pródigamente

volvemos, derramando

nuestra grotesca vanidad.

Sermoneamos las hazañas

a la ciudad enferma,

que en nuestra ausencia

parecía sanar.

 

El tiempo reflexiona

y llora amargamente,

comprueba que los bípedos

humanos pasan mas no están,

tienen pero no son…

 

Y el viento me recuerda,

que otras luces paupérrimas

ni siquiera pueden contar

su indigente existencia.

Son luces

que no viajan, son velas

distantes,

llamas de una fogata triste.

A nadie importan.

Por ellos,

imploro al río

cuan lágrima

en los ojos del puente.

 

Viajamos(c) Antonio Portillo Casado

CEDRO

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