EL ABANICO
(soneto rebelde)
Ligeras, suaves y cálidas plumas
de las bellas aves del edén mítico,
ingrávidas y de un color magnífico.
Haz de rayos de luna que perfumas
su linda faz divina, no presumas,
porque tu delicado tul artístico,
roza su noble corazón romántico
en tu tenue aleteo, pues las brumas
de mi amor vuelan para enamorarla,
y nuestras almas la eternidad mece.
Desean tus adornos hechizarla,
libre ella, de mis besos se abastece,
donde las mariposas al mirarla
juegan y la primavera florece.
El Abanico(c) Antonio Portillo Casado